18 may 2012

Situación del Analfabetismo en Nuestras Comunidades.


La Fundación Esfuerzo y Prosperidad –FUNDAESPRO- presentó el informe sobre la Situación del Analfabetismo en nuestras comunidades llevada acabo en Áreas precarias de la Ciudad de Guatemala.

Según datos de CONALFA, en base a proyecciones de población 2012, con datos del XI censo de Población 2002 del INE, la población mayor de 15 años del total de la república se estima en 8, 392,240, de estas, 1, 549,408 que representa el 18.46%, son analfabetas.

En Guatemala, las personas mayores de quince años son 3, 975, 837; de éstas 668,566 son hombres, de los cuales un 16.82% son analfabetos. Dentro de este mismo segmento 4, 416,403 son mujeres y 880.84, o sea el 19.94% son analfabetas. Los departamentos más altos en índices de analfabetismo son: 35.35% en el Quiché, 31.83% en Alta Verapaz, 29.73 % en Chiquimula, 28.43% en Baja Verapaz, el 27.29% en Huehuetenango y el 26.47% en Jalapa. Y los departamentos que presentan menor índice de analfabetismo son: Guatemala con el 6.93%, Sacatepéquez con 12.28%, el Progreso iguala a Chimaltenango con el 14.43%, Petén con el 14.71%, Zacapa con el 15.14% y Escuintla con el 15.1%. El resto de Departamentos promedia un 19.95% de analfabetismo.

El analfabetismo se concentra sobre todo en las zonas rurales y urbano-marginales, particularmente entre las mujeres, especialmente en la población que vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Guatemala es frente a la región, el país con más alto grado de analfabetismo en donde el 18.5% las personas mayores de 15 años viven en condiciones de analfabetismo absoluto. Es decir que no tienen dominio de las competencias básicas para leer y escribir.

Sin embargo, investigaciones independientes han establecido que el desuso de la lectoescritura, provoca que de nuevo se vuelva a la situación de analfabetismo. Esto implica la existencia de subregistro con los cuales el indicador nacional podría elevarse drásticamente.

Este fenómeno encuentra sus raíces en la impertinencia de las políticas y la lógica de los procesos del Estado que en muchos de los casos excluyen los intereses de la población que terminan por desaprobar los esfuerzos gubernamentales. La lógica que se impone parte de que la población quiere aprender a “leer y escribir” pero la lógica de la población no encuentra la relación entre alfabetizarse y vivir mejor. 

La Fundación Esfuerzo y Prospidad –FUNDAESPRO- presentó el informe sobre la Situación del Analfabetismo en nuestras comunidades llevada acabo en Áreas precarias de la Ciudad de Guatemala.

El indicador de analfabetismo en las áreas precarias es de 10%, pero el 18% de la población consultada declaró saber leer y escribir, a pesar que solo reporta haber cursado primer grado primaria, por lo que es muy probable que su grado de competencia lectora sea muy débil y de hecho similar a quienes dicen no saber leer y escribir. La situación es más desfavorable para las mujeres en áreas precarias, ya que se reporta un 16% de analfabetismo frente a un 3.2% de los hombres.

De los consultados solo el 27.8% terminó la primaria, el 6.7% 1ro básico, 3.3% 2do básico y el 10.0% 3ero básico. No se reportan estudios a nivel diversificado, mucho menos universitarios y aunque el estudio se llevó a cabo en 20 zonas precarias que rodean la Ciudad de Guatemala, Villa Nueva y Chinautla, sus resultados pueden ser un indicador y pueden marcar una tendencia aplicable a otras áreas del país que viven en condiciones similares y que enfrentan los efectos sociales de la negación a sus derechos.

La población ha aprendido a subsistir en condiciones adversas que obligan a privilegiar la búsqueda de satisfactores para las necesidades inmediatas por lo que no se identifica en la educación una prioridad en una población excluida, urgida en resolver el día a día, por lo que el promedio de escolaridad por persona en Guatemala es de 4.3 años.

Algunas de las conclusiones del estudio reflejan que la educación de personas jóvenes y adultas, en particular la alfabetización, sigue siendo una materia pendiente en el conjunto de políticas y acciones del Estado.

Finalmente es importante mencionar que las comunidades comúnmente identifican la educación como el medio para alcanzar mejores condiciones materiales para vivir pero minimizan el potencial político y transformador que la educación tiene en cualquiera de sus expresiones y modalidades.

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